martes, 30 de octubre de 2007

EL ESPACIO EDUCATIVO Y SU ORGANIZACIÓN


LA ORGANIZACIÓN DE ESPACIOS:
Los espacios pueden organizarse de muy diversas formas y atendiendo a múltiples criterios. En este punto tanto los centros universitarios, a través de sus órganos de gobierno, como los profesores mediante sus diseños curriculares deben tener en cuenta la potencial misión de los espacios como recurso didáctico, considerar los distintos tipos y su adecuación bien a la actividad educativa a desarrollar como a las necesidades concretas de una cierta actividad, según corresponda, y analizar las distintas variables pedagógicas que intervienen en la distribución de tales espacios.
Así, desde el punto de vista de la actividad educativa que va a desarrollarse en los espacios seleccionados éstos pueden clasificarse en tres tipos que procedemos a relacionar a continuación describiendo además las variables pedagógicas que acompañan a cada uno de ellos:
Instructivos: estrategias metodológicas, necesidad de individualización, socialización, posibilidad de opciones múltiples para el alumnado...
Educativos: orientación escolar y profesional, tutorías, valor que se otorga a la educación física, musical, etc.
Organizativos: graduación, semigraduación, agrupamiento del alumnado, enseñanza en equipo, coordinación del profesorado, administración…
Por otro lado, atendiendo a las necesidades concretas de la actividad, pueden considerarse, entre otros:
• Espacios para el trabajo en gran grupo.
• Aulas ordinarias.
• Seminarios.
• Espacios para el trabajo en grupos reducidos.
• Espacios para el trabajo individual.
• Espacios para la realización de proyectos.
La realidad es que el espacio puede condicionar los procesos de aprendizaje y que determinadas concreciones del espacio escolar tienen como consecuencia la primacía del trabajo rutinario dirigido a un grupo heterogéneo u homogéneo de alumnas y alumnos.

DE CÓMO SE ORGANIZA EL ESPACIO:
En relación a la organización del espacio escolar podemos decir que, en principio, contamos con aulas más o menos uniformes y despersonalizas y aulas especiales (de informática, laboratorio de ciencias, gimnasio, etc.). Estas últimas utilizadas de forma excepcional y menos regular y ligadas, sobre todo, a la utilización de un material especial que no tiene cabida en el aula regular, o a una actividad que requiere más espacio o un hábitat especial.
Las primeras, que son las que se utilizan durante la mayor parte de la jornada escolar, se suelen caracterizar por contar con una serie de pupitres (silla y mesa) dispuestos en filas y mirando hacia una pizarra y una mesa (la del docente). Los supuestos mínimos de esta organización son que los estudiantes permanecerán sentados mirando-escuchando al docente y/o la pizarra. Es decir, tendrán una escasa libertad de movimiento y casi nulas posibilidades de experimentar a través de otros sentidos que no sean el oído y la vista.
Trilla y Puig (2003) llaman a la configuración del espacio descrito el aula tradicional o el orden formal, distinguiéndolo de otras aulas posibles, desde los primeros lugares para la enseñanza preceptoral (gabinete, estudio, biblioteca, etc.) cuando aún la educación era para unos pocos, hasta el aula post-tradicional de la que hablaremos a continuación, pasando por el aula-caos o pre-tradicional, un entorno que acogía a un gran grupo de alumnado de distintas edades y un solo docente en un espacio común caótico, donde el principal reto consistía en encontrar fórmulas para hacer viable la enseñanza a muchos discípulos por un solo preceptor.

EL ESPACIO COMO VARIABLE ORGANIZATIVA EN LOS CENTROS ESCOLARES:
En el espacio escolar hay que considerar a los elementos que lo conforman, a su distribución, a su ubicación, a su cantidad y a su calidad, pero también a las relaciones y usos que se desarrollan en estos ámbitos, las interacciones entre los sujetos, los objetos y las actividades que se realizan con el fin de saber si dichos elementos forman parte de un proceso educativo que favorezca la renovación y la mejora constante de la calidad de la enseñanza.
Es necesario que el espacio escolar pueda modificarse a lo largo del tiempo adaptándose a las necesidades del Proyecto de Centro, para lo que se requiere que se den unas condiciones deseables en la organización del espacio.
Las condiciones deseables en el espacio deberían ser:
-Adaptable: que la estructura pudiera cambiarse de forma puntual o permanente.
-Flexible: los espacios puedan cumplir funciones diferentes y variar los servicios y las dependencias sin producir cambios en la estructura.
-Variados: para que los locales de distintas dimensiones permitan más posibilidades de agrupamiento y utilización del edificio.
-Polivalentes: porque deben acomodarse a una variedad de funciones externas e internas.
-Comunicables: en el sentido de facilitar los desplazamientos dentro del Centro.
En la organización del espacio escolar debemos prestar atención a una serie de variables como la ubicación, la orientación y la estructura. Tener en cuenta su ubicación significa que las escuelas tienen que gozar de una atmósfera apacible, no contaminada, alejada de vías con excesiva circulación, sin ruidos pues el exceso de decibelios tiene consecuencias psicológicas negativas. Analizar su orientación, significa que los centros educativos, a la hora de diseñar sus establecimientos educativos, deben adaptarse a las condiciones y características climatológicas de cada región. Finalmente, en cuanto a su estructura, responde a las agrupaciones lineales, nucleadas y mixtas.

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