sábado, 20 de octubre de 2007

¿QUÉ ES EL TIEMPO?

Día 4 de Octubre: El Tiempo.
El concepto actual del tiempo proviene de los campos más avanzados de la astronomía y la física, pero su verdadera naturaleza permanece como un misterio. El tiempo no solo rige las actividades del hombre, sino su ser mismo, pues todo lo que experimenta en su vida sucede en el transcurrir de esta abstracción. De hecho, no hay nada en el mundo conocido que no experimente los cambios que el tiempo trae consigo. Se dice que “el tiempo es implacable” porque nunca deja fluir y todo lo que existe está sometido a su efecto. Todos nos vemos afectados por el tiempo y, sin embargo, es tan difícil de definir. Hace mil quinientos años, Agustín, filósofo y sabio obispo de Hipona que después fue santo, preguntó: “¿Qué es el tiempo?” y se respondió a sí mismo: “Si alguien me lo pregunta, sé lo que es. Pero si deseo explicar, no puedo hacerlo”.
El tiempo ha intrigado a las mentes humanas desde la antigüedad y en un intento de entenderlo se le han otorgado distintos sentidos. Los griegos creían que el tiempo era cíclico y que cuando todos los cuerpos celestes volvieran a sus posiciones originales, todo volvería ser como en el principio e iniciaría de nuevo la existencia. Los cristianos, en cambio, concebían al tiempo en forma linear, con un principio y un final, consignados en su texto sagrado, la Biblia. En la era del racionalismo, el físico Isaac Newton dijo que el tiempo existía independientemente de la mente humana y los objetos materiales, que fluía por sí mismo. El filósofo Emmanuel Kant, al contrario, propuso que el tiempo era una invención humana que se proyectaba sobre el universo.
Todos sabemos que el tiempo se percibe de manera subjetiva, por ejemplo es muy distinto pasar un minuto bajo el agua que estar un minuto jugando con los amigos. El tiempo se percibe a partir de los cambios manifestados en los objetos animados e inanimados. La observación del mundo externo permite advertir la sucesión de numerosos acontecimientos, algunos de tipo astronómico, como la salida y puesta del Sol, la sucesión de las estaciones, y otros como las posiciones sucesivas que adopta un cuerpo en su caída, un péndulo que oscila, o los cambios biológicos de los seres vivos.
Las distintas culturas han creado muchas maneras de medir el tiempo, valiéndose de tecnología específica para ello –como son los cuadrantes solares, las clepsidras o los relojes- o bien a partir de elaboraciones intelectuales basadas en la observación astronómica, como son los calendarios. La Historia se vale de estas convenciones creadas por el hombre para situar los procesos y sucesos en el pasado.

FUNCIONES:
El tiempo es un recurso que hay que adaptarlos a las nuevas necesidades educativas y sociales.

Desde el punto de vista pedagógico, sería muy interesante alternar el tipo y la duración en las actividades y unidades de trabajo, incorporar espacios de libre disposición posibilitando que los alumnos organicen parte de su tiempo, así como facilitar agrupamientos entre clases y entre ciclos.
Desde el punto de vista sociocultural, las características del centro deberían permitir tiempos flexibles y descentralizados que respondieran a las necesidades de cada contexto. Estas circunstancias son las que deberían determinar el tipo de jornada y no los intereses de profesores y padres.
Si queremos respetar el ritmo vital y de aprendizaje de nuestros alumnos, tendríamos que estructurar la organización temporal en ciclos amplios en los cuáles el alumno se pudiera mover con una cierta flexibilidad. Es conveniente optimizar el tiempo de que disponemos para dedicarlo a lo que realmente interesa y que consideramos importante.
El tiempo es un recurso más que puede incidir en gran manera en los procesos de enseñanza-aprendizaje, posibilitando según su utilización y organización escuelas que respondan a las demandas de nuestra sociedad. Más que la cantidad de tiempo, lo que interesa es la calidad, es decir, cómo se estructura uno el tiempo, cuáles son las actividades que desarrolla en ese tiempo, etc. (1)


(1) Cita: No se trata de debatir la cantidad del tiempo, sino sobre todo de cómo lo distribuimos, cómo lo organizamos, qué hacemos. (José Luis Bernal)



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