lunes, 5 de noviembre de 2007

JUEGOS SIN JAULA


JUEGOS SIN JAULA El mundo parece una jaula. Quizá por eso fuimos educados en jaulas. En la puerta de las jaulas desapareció la J para despistar y convencernos de que lo allí aprendido era para nuestro bien. Así aprendimos a ser gentes de provecho...Más bien nos aprehendieron para servir de provecho. Cada uno desde su jaula. Menos mal que los ratos de jaula estaban compensados con las libertades del re-creo. Allí podíamos crear, inventar y ser señores de nuestros juegos. En la jaula te enseñaban a ser "como Dios manda". En el recreo mandas tú como un dios: creas y destruyes cada poco un nuevo juego. Porque importa jugar y no el juego en sí. En la jaula importa que el juego no cambie y de unos a otros se hereda todo como inamovible: seriedad es ser hechos en serie y que el proceso entero, del comienzo al fin, esté reglamentado. Cuando jugamos los adultos apenas nos atrevemos a recuperar el recreo. Inventar, divertirse, improvisar, ser banal, ser espontáneo es una auténtica reconquista de la madurez. Incluso, si jugamos, se hace en espacios y tiempos bien señalizados, como con pudor. Para que nadie crea que somos así. Estamos de broma, es un juego, es un cursillo sobre el jugar. Es una excepción al estado de seriedad habitual. El juego está enjaulado... ¿Quién lo desenjaulará? El desenjaulador que lo desenjaule... Como dios lo pasará (¡palabra!)


En la sesión de hoy, la profesora nos leyó un texto en el que recogía varias frases contextualizadas en las que cada uno de nosotros teníamos que resumirlas en una o más palabras, según lo que nos transmitiera:


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